Se realizó la charla abierta “El rol de las cooperativas en el desarrollo nacional”, actividad organizada por el Instituto de Estudios para el Desarrollo Productivo y la Innovación (IDEPI) y el Departamento de Economía, Producción e Innovación Tecnológica (DEPIT) en articulación con la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires.
El encuentro formó parte de la agenda del Ciclo de Conferencias sobre Modelos de Desarrollo Nacional organizado por el IDEPI y el DEPIT y contó con la participación de especialistas que analizaron el impacto positivo de esta modalidad productiva a lo largo de los años en la economía y el territorio bonaerense.
Estuvieron presentes Natalia Stein, investigadora IDEPI-UNPAZ; Andrés Quintana, abogado y asesor de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo; Esteban Songino secretario de Extensión Universitaria de la UTN Avellaneda; el economista e investigador del CONICET, Pablo Chena; y el director del IDEPI, Ernesto Mattos, quien moderó el encuentro.
A modo introductorio, Stein explicó que a lo largo de la historia “cuando el sector privado no encuentra rentabilidad o interés se genera un espacio propicio para que se asocien las personas que comparten esa necesidad y la posibilidad de resolver colectivamente un problema común”.
Es así como “en este tipo de organizaciones no hay búsqueda de lucro, el objetivo no es la ganancia por la ganancia misma; si se generan excedentes a partir de la actividad económica es una consecuencia de la actividad económica pero la actividad económica no es el fin en sí mismo”, expresó.
Esta definición “ha sido una conquista histórica en las discusiones sobre el marco regulatorio legal contable que debe aplicarse a este tipo de organizaciones porque si hubiera lucro habría impuesto las ganancias; por eso en contextos de gobiernos neoliberales siempre está la intención de querer imponer impuesto a las ganancias”, advirtió.
Por su parte, Quintana afirmó que “las cooperativas de trabajo -sector en el que se desempeña- son una herramienta importantísima para el fortalecimiento, crecimiento y desarrollo del trabajo genuino y digno” y resaltó que “se trata de un grupo de personas que comparten un mismo rubro con el fin de llevar adelante una empresa social especializada en construcción, gastronomía, reciclaje, energías alternativas”, entre otras.
Uno de los aspectos tratados por el panel fue la necesidad de profesionalizar la acción de las cooperativas. Al respecto, Songino destacó que las organizaciones deben articular y “salir a buscar ayuda en las universidades y los sistemas de ciencia y tecnología entendiendo la necesidad de tener desarrollos técnicos para la disminución de los costos de un producto o servicio”.
También es “importante entender el manejo de stock de los productos y la logística; tenemos diferentes maneras de vender pensando en el cliente final es muy importante esto y ver que una cooperativa puede vender también a clientes mayoristas y no solo limitarse a la venta minorista”, sostuvo Songino.
El especialista se refirió además a la necesidad de generar espacios de capacitación para las tareas administrativas. “Muchas veces pensamos que las cooperativas se forman por mano de obra dura y no tanto de gestión, sin comprender del todo que la parte administrativa atraviesa todos los puntos como por ejemplo la compra de un repuesto de una máquina, la compra de los insumos y también el pago de los trabajadores”.
Pablo Chena por su parte, aportó la mirada global de la participación de las cooperativas en la economía social. “Tenemos una población económicamente activa de aproximadamente 22 millones de personas de los que solo 6 millones están trabajando en el sector privado tradicional. A esto hay que sumarle unos 3 millones y medio de personas trabajando en el sector público, por lo tanto estamos hablando de 9 millones y medio a los que hay que sumarle aquellos que están registrados como monotributistas que son unos 2 millones y medio más”.
“En total -afirmó Chena- llegamos a 12 millones por lo que la pregunta es qué está haciendo el resto, los otros 10 millones, a los que hay que restarle también más o menos 1 millón y medio de personas que están buscando trabajo; es decir que hay unos 9 millones de personas que no están hoy ni en el sector privado ni en el sector público ni son monotributistas ni tampoco están buscando trabajo. Bueno en ese mundo la economía popular, las cooperativas, el tercer sector tiene una gran influencia”.